En representación de David Revert López
(Poema ganador de Accésit)
LO
QUE NOS QUEDA
De
estas vidas enlatadas
y de
mentes clausuradas,
de
estas leyes asfixiantes
y de
miedos rebosantes,
de
estos días de enemigos
y de
calles con mendigos,
de
este régimen podrido
y de
azotes del olvido,
de
estos célebres mangantes
y de
pechos con implantes,
de
estos ídolos falsarios
y de
lemas de urinario,
de
estos sueños con calambres
y de
colas por el hambre,
de
este rapto de las modas
y de
lúgubres rapsodas,
de
este afán por lo inmediato
y de
cínicos recatos…
De
las muchas cicatrices
que
nos traen el ataúd
y
verdades sin matices
que
envenenan la salud,
nos
libera únicamente
la
esperanza del presente:
nos
queda la juventud.
De
estos sabios que no escuchan
y de
esclavos que no luchan,
de
este cielo sin estrellas
y de
alivios de botella,
de
estos vicios heredados
y de
odios incrustados,
de
este drama sin culpables
y de
cárceles por cable,
de
este absurdo raciocinio
y de
amores de aluminio,
de
este sprint hacia el abismo
y de
obviarnos a sí mismos,
de
esta música machista
y de
“raro el que rechista”,
de
este mutis por el foro
y de
fiestas de los toros,
de
esta sangre acobardada
y de
hienas trajeadas…
De
las muchas cicatrices
que
nos traen el ataúd
y
verdades sin matices
que
envenenan la salud,
nos
libera únicamente
la
esperanza del presente:
nos
queda la juventud.
De
este infierno en HD
y de
gente que no lee,
de
esta rabia contenida
y de
túnicas suicidas,
de
esta guerra silenciosa
y de
lápidas sin rosas,
de
esta estafa calculada
y de
príncipes, de hadas,
de
esta brújula sin norte
y de
más y más recortes,
de
este nudo que me aprieta
y de
muertos en cuentas,
de
estos lodos, aquel polvo
y
del éxito del morbo,
de
esta negra mansedumbre
y de
túneles sin lumbre,
de
este mundo que no piensa
y de
nada en la despensa…
De
las muchas cicatrices
que
nos traen el ataúd
y
verdades sin matices
que
envenenan la salud,
nos
libera únicamente
la
esperanza del presente:
nos
queda la juventud.
©Jessica P. Chang (Foto)
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